Por Teresita Santa Cruz
Publicado en La Tercera, 21 de julio de 2022
El rechazo de las observaciones del Presidente al proyecto de infraestructura crítica dio cuenta, nuevamente, de una evidente descoordinación con los parlamentarios del oficialismo y, a la vez, al interior del propio gobierno. La agenda de seguridad ha tensionado varias veces las relaciones entre ellos. Basta ver la urgencia a la amnistía a los “presos de la revuelta”, las votaciones sobre las prórrogas del estado de excepción y la discusión de esta reforma que se vio frustrada en la Cámara de Diputados.
La resistencia del gobierno a tramitar este proyecto fue evidente: no se hizo parte de la discusión, ingresó y retiró sus observaciones mientras se debatía en la Comisión de Constitución y -bajo la figura de un veto sustitutivo, que en los hechos era aditivo- intentó forzar la aprobación de un texto deficiente, bajo el pretexto de que su rechazo haría caer el proyecto en su totalidad.
¿Qué medidas adoptará ahora el gobierno para enfrentar la grave crisis de seguridad que afecta al país? ¿Insistirán en un estado de excepción “acotado” pese a su ineficacia y a las presiones de su propio sector? La seguridad del país no deja espacio para improvisaciones ni respuestas apresuradas que pretenden satisfacer presiones políticas que terminan haciendo fracasar una herramienta eficaz para su resguardo.
