Recientemente, el Memorial de Jaime Guzmán ha sido objeto, una vez más, de rayados e insultos. Estas acciones ponen de manifiesto la intolerancia con que suele actuar la izquierda en contra de quienes representan principios e ideales contrapuestos a los suyos. Aunque esta falta de respeto pretende agraviar la memoria de Jaime, lo que en verdad hace es dañar la convivencia cívica y las libertades política y de expresión propias de una democracia.
