Muy pronto se conmemorarán cuarenta años del quiebre institucional del 11 de septiembre de 1973. Como en cada aniversario relevante rebrotan las heridas del pasado y algunos intentan tergiversar la historia buscando beneficios políticos y electorales. Aunque la responsabilidad de la crisis podría atribuirse a toda la clase política que tenía en sus manos la conducción de Chile, especialmente decisivo fue el proyecto de país que quiso instaurar la Unidad Popular y la justificación de la vía armada como herramienta legítima de acción política.

