Conoce a Natalia Aguilar

Con una destacada trayectoria en el servicio público y experiencia como coordinadora del programa Jóvenes al Servicio de Chile, Natalia Aguilar ha impulsado iniciativas orientadas al desarrollo social y la gestión territorial. Le ha tocado liderar procesos de articulación comunitaria y fortalecimiento institucional, promoviendo una visión de la seguridad basada en la colaboración, la prevención y el compromiso ciudadano.

 

¿Sientes que el programa te marcó de alguna manera? ¿Influyó en tu decisión de seguir ejerciendo en el sector público como lo haz hecho a lo largo de tu carrera profesional?

Definitivamente. Jóvenes al Servicio de Chile es mucho más que una experiencia laboral, es un punto de inflexión. Me permitió ver de forma muy concreta el impacto real que puede tener una buena gestión pública, y cómo las decisiones técnicas, cuando se combinan con vocación, propósito y profesionalismo, realmente cambian vidas.

 

En tu paso por este programa, desarrollaste alguna habilidad que hoy consideras fundamental en tu trayectoria profesional? Es difícil elegir una sola, porque más que una habilidad puntual, el programa te deja una forma de trabajar y una ética profesional que marca. Si tuviera que destacar algo, sería la capacidad de navegar la complejidad institucional sin perder el foco en los resultados. Aprendí a coordinar actores con intereses distintos, comunicar estrategias con claridad y sostener equipos bajo presión, sin perder de vista el propósito final de una política pública.

 

¿Qué cualidades crees que distinguen a quienes han formado parte de Jóvenes al Servicio de Chile? La combinación de convicción, vocación pública y rigor técnico. Los JSCH entienden que el servicio no se trata de romanticismo, sino de gestión, liderazgo y toma de decisiones difíciles con ética. Son personas que no se paralizan frente a la burocracia, sino que la comprenden, la desafían y la transforman. Tienen la capacidad de empujar proyectos hermosos incluso en contextos complejos, y eso nos diferencia.

 

¿Recomendarías a los jóvenes involucrarse en el servicio público o crees que deberían dedicarse solamente a lo privado hoy en día?

Lo recomendaría sin dudarlo, al menos una vez en la vida. Pasar por el servicio público te cambia la forma de mirar el país. Luego siempre se puede volver al mundo privado, pero haber estado “del otro lado” te da una perspectiva distinta, más completa. El sector público necesita jóvenes preparados, con criterio y ambición por hacer las cosas bien. Lo privado ofrece recursos; lo público, propósito. Y esa huella de propósito te acompaña siempre, incluso si después cambias de rumbo.

 

¿Sientes que los ex JSCH tienen un sello que los diferencia de otros profesionales de manera positiva?

Sí, absolutamente. Hay un sello inconfundible: la capacidad de combinar vocación de servicio con excelencia técnica. No se trata solo de “trabajar para el Estado”, sino de entender el Estado como una herramienta de transformación. Los ex JSCH tienen una sensibilidad especial frente a los problemas sociales, una ética sólida y una mentalidad estratégica que los hace valiosos en cualquier espacio donde estén.