Luchsinger Mackay

Luchsinger Mackay

 

Tras el fallo que absolvió a los 11 acusados por el asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay, es necesario analizar qué está fallando en nuestra institucionalidad que no se ha logrado una sentencia condenatoria en este crimen. El primer responsable es el Gobierno, y particularmente el Ministerio del Interior y Seguridad Pública. El modo en cómo se actuó en el caso no resiste mayor análisis; a pesar de que el Ministerio del Interior era querellante en la causa, la forma en que se abogó por la reducción de las medidas cautelares de los imputados, incluso con la oposición de la Fiscalía y de los familiares, merece una explicación.

Por otro lado, no deja de sorprender que todas las herramientas investigativas, operativas y judiciales no hayan sido suficientes para que el Ministerio Público obtuviese una sentencia condenatoria. ¿Cómo entender que el crimen de mayor gravedad desde el inicio de los atentados perpetrados por la Coordinadora Arauco Malleco, sigue en la impunidad y la Fiscalía no sea capaz de probar la participación de los autores? ¿Hay alguien que tenga alguna duda que el crimen que comentamos no fue perpetrado con motivaciones muy distintas a las de cometer un delito común?

Es difícil entender que, a pesar de que sólo durante los últimos 4 años se han cometido más de 700 atentados incendiarios, sigamos discutiendo si existe terrorismo en la Araucanía. Incluso cuando el propio ministro del Interior, Mario Fernández, lo reconoció en su interpelación realizada en enero pasado. Pese a ello, la causa símbolo del terrorismo –matar y quemar a un matrimonio sin siquiera robarles sus enceres personales- no logra ser probada teniendo todo el aparato estatal.

Esta sentencia constata de manera irrefutable, que para un grupo de personas que viven en la Araucanía, simplemente, no existe justicia ni estado de derecho. De no ser anulado este fallo –objetivo perseguido por el fiscal nacional- el Ministerio Público quedará gravemente entredicho, por su incapacidad de probar la participación en un hecho con connotaciones evidentemente terroristas.

Carlos Oyarzún , 30 de Noviembre de 2017, La Segunda