Ética y política: ¿ruptura o continuidad?

Los llamados “temas valóricos” ponen de manifiesto la estrecha vinculación entre ética y política, pues el ejercicio del poder no sólo debe tener en cuenta si su actuación es posible o imposible –desde un punto de vista material– sino también y fundamentalmente, si es “buena” o “mala” desde una perspectiva ética. No obstante, las distintas visiones antropológicas que existen en la sociedad originan distintas maneras de entender la política: un ejercicio meramente técnico, o una actuación ética. Dirimir lo anterior es de vital importancia, porque lo que se juega no es un mero principio filosófico, sino un postulado democrático fundamental de enormes consecuencias para la vida política, social y económica de los pueblos.