La condición de estrés hídrico que afecta a Chile ha puesto a la gobernanza del agua en el centro del debate. Diversos sectores de la sociedad han acusado el golpe de una mayor escasez, y han interpelado a las autoridades para buscar una solución efectiva y eficiente al problema. Como un primer paso, el gobierno del presidente Gabriel Boric, ha puesto el foco en la institucionalidad, proponiendo la creación de un nuevo organismo para la gestión del agua a nivel de cuencas y promoviendo la instalación de pilotos en diversos lugares del país.
El diseño de estos organismos, el rol y atribuciones que se pretenda asignarles, y la compatibilidad que tengan con la institucionalidad y realidades actuales, definirá el destino de la iniciativa. El riesgo de que el diseño e instalación de estos nuevos entes se contamine ideológicamente y se emprenda la iniciativa con el ánimo refundacional que ha marcado la discusión hídrica en los últimos años, pone en jaque su capacidad para mejorar la gestión del agua.
La instancia, no obstante, representa una oportunidad para cubrir un vacío en materia de gobernanza que aporte nueva y mejor información sobre la cuenca, sus intervinientes y habitantes, potenciando la institucionalidad actual, contribuyendo a una planificación y gestión eficiente, sostenible y sustentable del recurso hídrico.