Jaime Guzmán: El camino del liderazgo

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Introducción

Que Chile vive hoy una crisis respecto de las confianzas es más que evidente, es cosa de revisar la siempre enorme abstención electoral —en cualquiera de los comicios que se han disputado de un tiempo a esta parte— como un botón de este desencuentro entre la gente y los liderazgos políticos. El ciudadano no logra ser convencido por propuestas, programas ni planes de candidatos, partidos o coaliciones, y esto no solo en el ámbito político; pues los liderazgos académicos, culturales y espirituales, últimos que hace medio siglo atrás contaban con un respeto más trascendente que aquellos cabecillas políticos, hoy también sucumben ante la indiferencia de un gentío acéfalo.

La individualidad triunfante en las sociedades de la Edad Contemporánea —fruto, sin duda, del discurso liberal de la Edad Moderna, como también de la reducción ideológica materialista del ser humano—, ha terminado por lesionar profundamente las comunidades reales formadas antaño, dando paso a pequeñas burbujas sin líderes que seguir, sin un plan que realizar, sin un camino marcado que seguir. En definitiva, en un simbiotismo perfecto, las comunidades erigen líderes, y hoy esa comunidad está pulverizada.

Frente a este panorama, la búsqueda de líderes virtuosos resulta menester. Adalides capaces de reconformar comunidades, de establecer una hoja de ruta, que representen valores morales objetivos que puedan enseñar, mediante el ejemplo, a seguir el camino al desarrollo de ese grupo humano.

Este escrito busca encontrar, grosso modo, algunas de esas características de un líder a través de una figura que, durante la segunda mitad del siglo XX, lo fue para su entorno (primero) y para Chile (algo después). Jaime Guzmán Errázuriz será biográficamente visitado en la búsqueda de esos momentos personales que lo perfilaron como un líder al cuál seguir, tanto en su tiempo, como en la actualidad.