Política y tiempo

Señor Director:

En una suerte de balance de 2018, Carlos Peña (columna del jueves) cuestiona la falta de celeridad y relato de la actual administración. Creo que se equivoca en ambos puntos. Respecto del primero, desde el primer día el Gobierno ha marcado un claro contraste con lo que ocurría hasta hace poco, abordando materias urgentes que venían arrastrándose por largo tiempo, como el descontrol migratorio, la grave crisis del Sename o los severos problemas del alto mando de Carabineros. Asimismo, para revertir el clima de crispación de los últimos años, convocó rápidamente a diversos actores políticos y de la sociedad civil en torno a cinco grandes acuerdos nacionales, en temas tan prioritarios como infancia, seguridad ciudadana, desarrollo integral, salud y Araucanía. Producto de ello, ya se han presentado más de 20 proyectos de ley que avanzan de buena manera en el Congreso.

Respecto del relato, también ha buscado articular a su coalición detrás de un horizonte político que -a través de reformas que recogen las principales prioridades ciudadanas, como la tributaria, aumentar el crecimiento y el empleo, mejorar las jubilaciones actuales y futuras, y la impostergable modernización policial- aspira a alcanzar un desarrollo humano lo más completo e inclusivo posible.

Estas reformas están alineadas con un objetivo central del programa de gobierno, que es incluir a la clase media, con sus temores y aspiraciones, en el centro de la acción política. Esto, por cierto, debe venir acompañado de una profunda modernización del Estado, lo que se ha venido desarrollando progresivamente mediante la creación del Consejo de Modernización del Estado, la agenda de transformación digital y otras iniciativas.

Siempre hay aspectos que podrían mejorarse, como la resolución de algunas complejidades de la coyuntura. No obstante, hoy tenemos un país que crece, que tiene mejores expectativas sobre el futuro, donde la mayoría muestra optimismo frente al porvenir, y que está abordando reformas ineludibles para alcanzar el desarrollo integral, las que coinciden con las principales prioridades ciudadanas. Y eso no es poco.

Jorge Jaraquemada, El Mercurio, 06 de enero de 2019