Ley de Identidad de Género

Con extrañeza leí la columna del senador Latorre publicada ayer en este medio, en la que ridiculiza los argumentos que supuestamente yo sostuve en mi exposición ante la Comisión Mixta del proyecto de ley de identidad de género. Cabe hacer presente que, como Fundación Jaime Guzmán, siempre nos hemos mostrado contrarios a la idea de incorporar a menores de edad al proyecto. Sin embargo, jamás hemos ejemplificado o hemos dicho -como afirma el senador- “que el reconocimiento de la propia identidad de género genera un daño asimilable al tabaco o al alcohol”.

Nuestro argumento se basa en que si se reconoce este derecho por medio de una ley, este sería propio del derecho a la identidad, que es personalísimo e indelegable, incluso respecto de los padres. Por esa razón, la única forma en que una persona puede cambiar de sexo de forma libre sería alcanzando una autonomía plena, es decir, tomando una decisión luego de alcanzar la mayoría de edad.

En segundo lugar, efectivamente el proyecto adolece de vacíos legales graves que pueden implicar una vulneración del espíritu de la norma, pero jamás hicimos referencia, como afirma el senador, a exámenes médicos o enfermedades. Nuestra presentación fue exclusivamente jurídica y ese tema corresponde que lo diluciden expertos en medicina.

Si existe interés en conocer los argumentos que expusimos en la comisión, invitamos al senador a revisar nuevamente nuestra ponencia en la página del Senado. Si queremos tener un debate democrático, debemos partir por no faltar a la verdad respecto a los argumentos vertidos en el Congreso, especialmente, cuando provienen de quienes tienen una opinión diferente.

María Teresa Urrutia, La Tercera, Viernes 20 de Abril de 2018